Breve historia de los lubricantes modernos
La grasa se utiliza como lubricante desde hace milenios. Hace ya más de 4.000 años que los egipcios descubrieron que los rodillos por donde debían pasar los bloques de granito con los que construían sus pirámides funcionaban mucho mejor con un poco de grasa animal.
Posteriormente, otras civilizaciones como la griega y la romana usaron abundantemente grasas de origen vegetal y animal para múltiples funciones, como mejorar los rodamientos de sus carruajes.
Hacia mediados del siglo XIX los aceites utilizados eran de origen animal (ballena, cerdo, vacuno) o vegetal (oliva, colza). Todos estos tenían grandes limitaciones, pero a partir del hallazgo de petróleo en Estados Unidos, se descubrió que, tratado adecuadamente, era mejor lubricante que cualquiera de las grasas animales utilizadas por aquel entonces, lo cual dio origen a la moderna tecnología de refinamiento de aceites a partir de hidrocarburos.
Cabe señalar que el poder lubricante de los aceites animales y vegetales es mayor que el de los aceites minerales, pero tienen el grave inconveniente de que se oxidan y se descomponen con facilidad produciendo sustancias ácidas que atacan las superficies metálicas. Por este motivo en la lubricación se emplean, preferentemente, los aceites minerales.
Los aceites minerales modernos son sometidos a uno o varios procedimientos de refino (desparafinado, extracción con solventes, etc.), con lo cual se llega a las llamadas bases minerales o simplemente bases.
Sin embargo, las bases por sí solas generalmente son insuficientes para satisfacer los altos requerimientos físicos y químicos que requiere la industria moderna. Por eso dentro de la misma refinería de petróleo, las bases son mezcladas con ciertos aditivos, dando origen a los aceites lubricantes o lubricantes.
Posteriormente, el aceite se somete a un tratamiento ácido para eliminar las impurezas, se filtra y se le agrega cal para eliminar los restos de acidez. Finalmente, se agregan diversos compuestos químicos, de acuerdo con las características y el uso que se desea dar al lubricante.
La industria de lubricantes esta en continuo cambio. Las partidas dedicadas a i+D son enormes. La tecnología moderna requiere mejores productos para atender los requerimientos de maquinarias nuevas y cada vez más complejas. Continuamente se descubren o mejoran nuevos procesos químicos, aditivos más potentes. En definitiva, en la industria de la lubricación seguimos en busca de la piedra filosofal: lubricantes eficaces, baratos, limpios y ecológicos.
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